Seguramente quien haya tenido la fortuna de visitar La Alhambra de Granada podrá decir que es un monumento maravilloso, una gran fortaleza, un importante testimonio histórico y una exhibición del poder y la exquisitez artística de los nazaríes, pero pocos imaginarían que también es un gigantesco libro de poemas.
Y es que los muros de sus palacios llegaron a albergar más de 70 poemas de los que hoy solo conservamos menos de la mitad, y de ellos muchos son solo breves fragmentos y versos sueltos. Muchos de ellos están inspirados en el Islam pero hay otros genuinamente nazaríes.
En palabras del arabista y profesor de la Universidad de Granada, José Miguel Puerta, «la arquitectura nazarí era un arquitectura hecha de palabras». Este estudioso ha resumido su trabajo de años recopilando por primera vez en un solo tomo el conjunto de todas estas inscripciones, transcritas del árabe, traducidas y con una pequeña explicación de cada uno.
La obra incluye abundantes fotografías generales y de detalle, dibujos y recreaciones tridimensionales y varios planos de situación. Sobre el terreno, las inscripciones no son fáciles de leer. La escritura cuneiforme se retuerce alrededor de capiteles y hornacinas, o se ubica en zonas muy mal iluminadas o escondidas.
Una de las inscripciones que más se repite es «Sólo Dios es vencedor», el lema de la dinastía de los reyes nazaríes, una frase que no está en el Corán, pero que Mohammed I eligió como lema de su estirpe. En el mundo árabe, se identifica con el Reino de Granada y con Al-Andalus, es decir, con la época de máximo esplendor del Islam.