Además de un lugar hermoso y la obra cumbre de la arquitectura árabe en España, la Alhambra de Granada es también un sistema de símbolos. Así lo defienden desde hace muchos años una serie de expertos y estudiosos que conciben el monumento como una especie de gran libro de signos poéticos, ocultos y fascinantes.
El periodista granadino Antonio Ramos lo ha resumido en su ensayo “Herido por el agua”, publicado por el Patronato del Generalife y la Alhambra, un peculiar intento de conectar la tradición poética de la época nazarí y la obra de García Lorca.
El agua es el vínculo e hilo conductor de esta conexión entre la Alhambra y el Generalife y García Lorca. Se ha dicho que el agua, omnipresente en la Alhambra, es la sangre que fluye y da vida al palacio y su magia. Por otra parte, la localidad natal de García Lorca, Fuente Vaqueros, es un pueblo que el propio poeta definió como «edificado sobre el agua».
Desde los poetas clásicos nazaríes como Ibn Jatib o Ibn Zamrak, hasta los del siglo XX como Lorca o Juan Ramón Jiménez, la fascinación y la simbología oculta de la Alhambra ha sido motivo de estudio.
Eso sin olvidar a los viajeros románticos como Washington Irving, seducidos sin remedio por los misterios insondables de sus maravillas y las leyendas fantásticas que en torno al palacio rojo se han tejido durante siglos. Los símbolos de la Alhambra de Granada que también los turistas que pasan por el monumento más visitado de España pueden percibir.